Cuatro monjes decidieron aislarse para hacer un retiro de meditación y silencio. Un asistente los acompañó para hacerse cargo de los asuntos domésticos.
Llegó la primera noche y, transcurridas unas horas, las lámparas de aceite empezaron a consumirse.
Uno de los monjes dijo:
- Asistente, vigila que no se apaguen las lamparillas.
Oído esto, otro monje se apresuró a llamarle la atención:
- ¡No debes de hablar, recuerda que estás bajo el voto del silencio!
El tercer monje indignado, exclamó:
- ¡Esto es el colmo, parece mentira que no podáis estar callados ni unas horas estando además en meditación y con voto de silencio!
El cuarto monje, entristecido, los miró y susurró a media voz:
- ¡Qué pena! De cuatro monjes que somos, soy el único que permanece en silencio y cumplo el voto que nos hemos impuesto.
6 Comentarios:
David...
Pues menudo voto de silencio,jeje. Vaya 4 monjes se juntaron, y es que hay ocasiones en que no se puede tener la boca calladita...
¡No debes de hablar, recuerda que estás bajo el voto del silencio! jaja
Abrazos
Jajaja! Muy buena anécdota David. Situaciones como esa, extrapoladas a nuestra sociedad y en determinadas circunstancias, la he observado yo. Incluso seguro que las he protagonizado yo, ¡seguro! Jeje.
¡Abrazos desde la Luna!
jajaja!
Vaya cuarteto!, seguro que como ya habían roto el voto de silencio se quedaron marujeando toda la noche!!!!!
Besos,
:D
Querido David, nos dejas reflexionando porque precisamente la falsa moral mina la sociedad, vemos por doquier gente señalando a los otros, sin ponerse a pensar en las acciones personales.
Cualquier cambio social inicia en lo individual
Un beso amigo querido
Cierto la falsa moral, solo hay que recordar que en ocasiones otros tiene voto de silencio obligatorio. y las obligaciones a base de votos que no de botos son difíciles de cumplir en ocasiones.
saludo de falsario.
www.falsario.org.
Una interesante historia David. Seguramente los monjes tendrán que volver a comenzar de cero con su voto de silencio jeje.
Besos!!
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